299. Ser autocompasiva no me está funcionando… ¿o sí?

 

Han pasado algunas semanas desde el último episodio, y quiero contarte que, si le puse pausa al podcast, fue por varias razones.

En parte, han sido muchos cambios y momentos especiales a los que he necesitado dedicar más de mi tiempo y de mi energía.

Entre todo esto, te cuento que he estado muy dedicada al programa Más Allá del Peso, un espacio que me tiene profundamente enamorada.

Lo que estamos viviendo ahí: las transformaciones, las conversaciones tan reales, los avances… me tienen completamente maravillada.

Así que sí, me tomé una pausa del podcast. Pero aclaro algo: en estas pausas no me alejo de mi propósito. Solo me sumerjo más hondo en él.

Y hoy vuelvo con un tema que sé que te puede interesar.

Porque quizá tú también te has dicho esto:

“Eso de hablarme bonito ya no me funciona.”

Si alguna vez sentiste que ser autocompasiva no te sirve, este episodio es para ti.

Hablemos de eso.

A veces confundimos la autocompasión con soltarlo todo. Con decir “ya, no pasa nada, mañana empiezo”.

Pero no es eso.

La autocompasión no es justificarme. No es hacerme la ciega, ni ponerle azúcar al dolor.

La autocompasión auténtica es reconocer mi humanidad.

Es poder decirme:

“Sí, fallé, pero no soy un fracaso. Puedo lograr lo que me propongo.”

“Sí, me dolió, pero puedo acompañarme mientras aprendo y lo sigo intentando.”

Ser autocompasiva es abrazar mi proceso con honestidad, no con permisividad, sino con amor verdadero. Y ese amor es mucho más eficiente y saludable que el juicio.

Es ese equilibrio entre amarme incondicionalmente y ser responsable, estar comprometida conmigo misma.

No se trata de tapar o ignorar las fallas, las caídas o los resultados que no me gustan, sino de verlos con ojos de amor y seguir avanzando.

Pero claro, hay momentos en que sentimos que “ya no funciona”. Que te hablas bonito, que haces todo “bien”, y aun así vuelves a caer.

Y ahí, muchas veces, aparece ese pensamiento:

“Ya no necesito amor, necesito mano dura.”

¿Te ha pasado?

Pues te invito a considerar esto:
El amor nunca deja de funcionar.

Lo que deja de funcionar, a veces, es la forma en la que lo estamos aplicando.

Porque quizá lo que hoy necesitas es descubrir y probar nuevas experiencias de amor.

Tal vez no es más suavidad lo que necesitas, sino más curiosidad.

 

Ser curiosa es abrir el corazón y la mente para observar sin juicio.

Es dejar de decir “¿por qué soy así?” y empezar a preguntarte:

“¿Qué siento?

 ¿Cómo me he estado sintiendo?”

“¿Qué necesito? ¿Qué he estado necesitando realmente?”

“¿Qué me haría bien probar diferente?”

Ser curiosa también es una forma de amarme. Es amor en movimiento.

Es pasar del “nada me funciona, soy un caso perdido” al “quiero entenderme mejor”.

Es mirarme desde la certeza de que sí puedo lograr lo increíble, e interesarme en cómo sí poder hacerlo.

Y sí, dejando totalmente fuera de mi espacio la dureza, el castigo y todo lo que está relacionado con rendirme.

Porque lo sabemos:
👉 Para resultados diferentes, necesitamos acciones diferentes.

Y la curiosidad es la puerta hacia lo nuevo.

No exige perfección. No exige prisa. Solo apertura.

Curiosidad es preguntarte:

“¿Y si no necesito más presión, sino más dedicación o autoescucha?”
“¿Y si lo que falta no es disciplina, sino confianza, fe en mí?”
“¿Y si el camino no requiere castigo, sino un siguiente nivel de paciencia conmigo misma?”

Ser curiosa es quedarte contigo. Es seguir eligiéndote, una y otra vez.

 

Y quiero invitarte a hacer algo: a descubrir cuáles pueden ser nuevas formas de darte amor.

Porque el amor tiene muchas formas. Lo sabemos.

A veces se muestra como paciencia.
Otras, como determinación o compromiso.

El amor también puede ser claridad, confianza, disciplina amorosa, coherencia, esperanza, ternura, honestidad, cuidado, presencia, gratitud o fe.

Y puede que lo que hoy necesites no sea más autocompasión, sino otra forma de amor.

Tal vez hoy toca paciencia.
O tal vez determinación.
O confianza.

No te cierres a una sola forma de amor.

El amor es creativo, cambiante, sabio.
Y para estar presente, lo único que necesita es tu decisión de amarte.

Permítete explorar cómo es crear esa versión de ti que te sientes llamada a crear, desde el amor a ti.

 

Así que, si últimamente has sentido que ser autocompasiva no te está funcionando para hacer esos cambios en tu alimentación que tanto deseas, o para incorporar esos hábitos que son importantes para ti, no te castigues por eso.

Solo sé curiosa.

Pregúntate:

“¿Qué sí me ha funcionado?”

“¿Qué parte de mí está queriendo hacerlo distinto?”

 

Y celebra. Celebra tus pequeñas victorias.

A veces, lo que dejó de funcionar no fue la autocompasión, sino la expectativa.

Quizá sí te funcionó, y ahora toca evolucionarla.

El amor no falla, pero necesita transformarse, igual que nosotras.

 

Si al escucharme todo esto te está resonando, pero no sabes por dónde retomar tu camino, respira.

Sé curiosa y pregúntate:

“¿Qué sí me ha funcionado?”

Enumera lo que sí te ha funcionado.
Esas pequeñas victorias te van mostrando cuál puede ser el siguiente paso con el cual comprometerte y seguir creando tu mejor versión Más Allá del Peso.

Me despido, como siempre, muy agradecida contigo que me escuchas.

Si este episodio te sirvió, compártelo con alguien que necesite escuchar que no está fallando: solo está creciendo.

Deseo que tengas un día, y una vida, espectacular. 

Con cariño, 
Tu coach Mónica🧡

Close

 

Dame por favor tus datos para poder compartir contigo cada semana estas herramientas que sé que funcionan. 

* Si no recibes inmediatamente un correo de confirmación, busca por favor en el fólder de spam